Alumnos de Educación Visual i Plástica

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Yo no sé dibujar


Yo no sé dibujar. Esta es una frase muy pronunciada en nuestra sociedad. Cuando somos niños dibujamos constantemente dejando ir nuestra imaginación. De hecho, no concebimos nuestro día a día sin dibujos. Sin embargo, a medida que crecemos esto cambia y son muchas las personas que dejan de dibujar porque consideran que no saben o que no lo hacen bien. En parte, esto es consecuencia de la pérdida de importancia de este arte en las escuelas que conlleva la desilusión y la pérdida de protagonismo de este entre los alumnos cuando van creciendo.   

En mi opinión, todo el mundo puede dibujar del mismo modo que puede escribir, pero considero que hay personas con un don especial para hacerlo. Como en cualquier otro arte (música, interpretación…), no es fácil saber transmitir mediante la obra creada. Por ello, pienso que hay personas que nacen con este don, con la capacidad de dejarse llevar y transmitir sensaciones y emociones con un papel y un lápiz. Con esto no me refiero a diferenciar entre dibujar bien o mal, porque nadie tiene la potestad para hacerlo, pero no todo el mundo muestra la misma inquietud, seguridad, motivación y entusiasmo al hacerlo.

El vídeo de una conferencia del ilustrador Puño nos ha llevado a extraer varias reflexiones en clase, como por ejemplo, el hecho de que todo el mundo puede dibujar, mejor o peor pero puede hacerlo, y es necesario ir probando y equivocarse para mejorar. Además, es importante informarse sobre cosas parecidas que se hayan hecho antes para ver si puedo innovar. Este aspecto puede trasladarse al aula en el momento de hacer una actividad, ya que es importante que el maestro/a investigue para ver si pueden introducir elementos nuevos que despierten la curiosidad de los alumnos. De la misma manera, conviene tener en cuenta que a través del dibujo se pueden conocer las cosas y aprender de ello y los niños y las niñas disfrutan haciéndolo.

Por otro lado, la sensación de dibujar y trazar círculos sobre un papel con los ojos cerrados ha despertado cierta curiosidad en mí. Me he sentido relajada y cómoda al hacerlo, y con ello soy más consciente de la importancia que tiene el dibujo en la etapa de infantil. Son distintas las técnicas que hemos utilizado para entender que no solo es posible dibujar de una manera. Por tanto, como futuros maestros, hemos de tener la capacidad de apreciar los distintos dibujos de nuestros alumnos y nunca juzgarlos sino intentar entender que quieren transmitir y explicar a través de la ilustración. El dibujo no deja de ser una forma de expresión mediante la cual los niños y las niñas dejan ir su imaginación para reflejar aquello que piensan, sienten, ven… Por lo tanto, desde la escuela se ha de potenciar este arte para que nunca pierdan la ilusión de seguir dibujando por miedo a no hacerlo bien.

Alexandra Antich

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